El efecto del verde en el jardín.

Diseñar un jardín en tiempos de sequía es desafiar la idea tradicional del verde. No se trata de renunciar a la frescura, sino de redefinirla.

Durante años, la imagen de un jardín “bien cuidado” se asoció a un césped perfectamente regado. Verde uniforme, tierno, brillante. Pero en regiones donde el agua es limitada o las lluvias irregulares, ese modelo se vuelve insostenible, y muchas veces, injusto con el entorno.

Jardín sin césped. Con zonas estratégicas de circulación y estar.

El verde, en estos casos, debe reinventarse. Y lo hace desde la textura, desde los tonos grisáceos o azulados, desde la adaptabilidad.

En un jardín de sequía, el verde está en las hojas cerosas del agave, en los grises suaves del helichrysum, en la masa vaporosa de una nepeta, o en el plateado de una artemisa. No hay un solo verde. Hay miles. Y todos hablan de supervivencia.

Ahora bien, ¿qué pasa cuando necesitamos provocar un efecto de frescura? ¿Existen verdes luminosos que toleren la sequía? La respuesta es sí. Nuestro paisaje ofrece especies que combinan resistencia y frescura visual. Plantas como la Baccharis trimera, el Aguaribay, la Santolina verde e incluso un Azarero enano (Pittosporum tobira nana) pueden aportar verdes brillantes sin exigir riego constante. Son opciones valiosas tanto cuando el diseño lo requiere como cuando el cliente lo desea.

Jardín de frente bajo bosque de pinos donde se enfatiza los tonos de verdes.

Trabajar con plantas adaptadas a la escasez hídrica es abrazar un nuevo lenguaje estético. Uno que no exige, sino que propone. Uno que no impone, sino que escucha al suelo. Que no demanda agua, sino que agradece cada gota. Y a cambio, florece.

Masa de Mélica macra, planta que se caracteriza por un verde intenso.

El jardín de sequía no es áspero ni rígido. Es sofisticado. Observador. Poético. No compite con la naturaleza, sino que se alinea con ella. El verde que emerge de esa alianza no es el verde de revista: es el verde real. El verde que puede mantenerse, que dialoga con el clima, que honra el contexto. Y es en ese nuevo verde donde aparece la belleza profunda: la que no se impone, sino que permanece.

María de la Paz Cantarelli

Paisajista

www.jardineslascortaderas.com